En este recorrido queda patente para todo
aficionado al senderismo de montaña o como es mi caso, a los aficionados al
“trail running” y que gustan de correr por el monte con subidas a cimas desde en
donde podamos disfrutar de esas vistas y esa sensación de libertad que nos otorga,
que en las Rías Bajas y en concreto en los alrededores de Marín podemos
compatibilizar los mundos de montaña y playa, en esa dicotomía que en algunas
ocasiones se plantea entre los aficionados a ambos mundos.
En este recorrido pretendo circundar
todos los picos montañosos que rodean mi localidad natal y en los que tanto
disfruto en diferentes salidas corriendo por el monte, para luego bajar a la
costa y realizar un pequeño recorrido por los senderos de montaña que circundan
la costa así como algunas de nuestras playas.
Salgo de Aguete y me dirijo por castro
al pié del monte Penizas en donde nos encontraremos una vía señalizada que
siguiéndola nos lleva a su cima. Alcanzada esta, desciendo para dirigirme a la
localidad de Pardavila desde donde tomo un camino de subida a través del monte
que me llevará a la zona del área recreativa del lago Castiñeiras que da al pié
del monte Cotorredondo. Tomo camino de ascenso por unos senderos que luego dan
a un cortafuegos que nos llevará directos a su cima. Es una pena que el día
haya amanecido con una pequeña niebla sobre las rías, ya que en condiciones
normales de visibilidad, desde aquí se contempla la Isla San Simón y las rías
de Arousa, Vigo y Pontevedra hecho que por el que también recibe el nombre
de "Mirador de las tres Rías".
Hoyada la cima, bajo por otro
cortafuegos y tomo camino en dirección a la mámoa de “Chan de Armada”, en dicho
lugar nos encontraremos con un dolmen y túmulo funerario que según dicen data
de unos 7.000 años. Desde aquí hay una pista de tierra que nos llevará a la
cima norte del monte Xaxan. Mucho antes de coronar por este camino, tomo un
atajo por una vía bastante vertical formada en su mayor parte por “laxes” de
piedra y que es una verdadera gozada para los corredores de montaña o
practicantes de skyrunning, que me lleva prácticamente hasta el pico. He de
decir que si antes comenté que la cima de Cotorredondo recibía el sobrenombre
de "Mirador de las tres Rías" este calificativo también hay que
extenderlo y en mucho mayor grado a este lugar, siendo un lugar privilegiado en
donde admirar las Rías de Pontevedra y Vigo y en especial toda la ensenada de
San Simon y la isla que le da su nombre. Otros días he disfrutado de las vistas
pero hoy no ha podido ser, las nubes lo envuelven todo y la visibilidad es baja,
por lo que después de sacar alguna fotografía con resultados bastante infructuosos
sigo mi ruta a través de un buen camino de tierra que me llevará al lugar en
donde se encuentra el Dolmen de “Chan da Arquiña” que da nombre al área
recreativa creada a su alrededor y que tiene una antigüedad de unos 5.000 años.
Partiendo de aquí tomo dirección a una pista asfaltada que lleva al Monte Faro
de Domaio, pero nada más tomarla cojo por un estrecho sendero a su izquierda
que lleva directamente a la cumbre. Al llegar a esta me encuentro con el famoso
recinto de antenas por el que se le conoce al verlo desde lejos. El lugar esta
vallado y tanto en su cara norte como en la sur hay una puerta que normalmente
está abierta para poder permitir el paso a la cima. Pero en esta ocasión me
encontré que su cara norte aunque no estaba cerrada con cerradura, tenia puesto
un precinto plastico que unía las dos rejas. Como no hay un camino que nos
lleve al otro lado tuve que jugarme los cataplines saltando la verja para poder
seguir mi camino. Ya en el otro lado que da a la Ría de Vigo me detengo un rato
para disfrutar de las maravillosas vista en donde bajo nuestros pies se
encuentra el Puente de Rande, al frente Vigo y al fondo las Islas Cies, Baiona
y Cabo Silleiro. Sigo mi camino y emprendo descenso por senderos de bajada por
la ladera sur, para luego tomar un camino dirección noroeste con la idea de
alcanzar el rio da Fraga, cruzarlo y tomar rumbo al repetidor de TVE situado en
la cima del monte Pastoriza, lugar desde el cual podemos admirar la Ría de
Marín y los pueblos que la circundan como Bueu, Ardán, Loira, Seixo y en la
otra orilla Sanxenxo y Portonovo. Después de sacar alguna que otra fotografía
emprendo la que será la segunda parte de este itinerario “La ruta de playa”,
desciendo dirección al pueblo de Ardan y luego bajo hacia la costa justo en
frente de la conocida como “Isla dol Santo”, al lado de la playa de Lapaman.
Desde aquí tomo un camino cruzando los montes de Loira que circundan la costa y
que desde hace poco tiempo están señalizados como vía de senderismo y recibe el
nombre de “Ruta das Praias”, recorriendo este sendero que por desgracia fue
victima del los incendios hace un par de años, tenemos a nuestros pies
acantilados y pequeñas ensenadas a donde se puede bajar y en donde podremos
encontrarnos algún que otro pescador de caña. Al final del camino está Loira,
un pequeño núcleo marinero con estampa de postal y uno de los pocos lugares en
donde podemos encontrarnos con una playa con parte fluvial, que es la que sirve
de rivera a la desembocadura del rio que da nombre al pueblo y parte litoral en
la cara que da a la ría. Alrededor de la playa y sobre la ladera del monte
cuelgan las casas del pueblo, marinero desde sus orígenes. Casas que algún
político con una supuesta inteligencia superior quería eliminar en un mal
entendido plan de costas, dando el mismo tratamiento a este pueblo que a una de
esas macro urbanizaciones hechas para turistas. Dicen que el tema ya está
arreglado pero habrá que estar avizor y con las orejas tiesas. Después de sacar
alguna fotografía en donde nunca puedes reflejar la belleza del lugar, sigo mi
ruta bordeando la playa para luego ascender entre casas la ladera del monte y
tomar dirección al muelle de Aguete, no sin antes echar un ultimo vistazo a la
panorámica sobre Loira. Ya al final del camino me encuentro en Aguete con su
pintoresco muelle, en donde se encuentran amarradas multitud de pequeñas
embarcaciones que dan al lugar como en Loira, una estampa singular. En frente
la playa que le da nombre al pueblo con sus magníficos arenales y unas aguas
abrigadas del mar de fondo, en donde los más medrosos pueden bañarse sin
peligro alguno.
Finalizo el camino no sin antes rendir
tributo en la “Fonte de Aguete” donde refresco cuerpo e ideas.