Mi interés principal al realizar esta
ruta es recorrer el valle formado alrededor del río Támega y que engloba las
concellos de Monterei y Laza. Y de esta forma tomar un mejor conocimiento de
los pueblos y paisajes enclavados en este valle.
Para los habitantes de la zona, el río
Támega puede parecer uno de esos ríos del entorno próximo, al que uno suele
referirse como “nuestro río”. Pero nada más lejos de la realidad, el Támega tiene
una longitud de 145 kilómetros y solo 51,91 km discurren por Galicia. En
Portugal su nombre es Tâmega y por sus tierras discurre la mayor parte del río
hasta desembocar en el Douro.
Pero ese sentimiento de “nuestro rio” el
la parte gallega, tiene todo su sentido ya que el Támega nace en Laza en el
lugar de la Alberguería, en las estribaciones de la Serra do San Mamede, a 960
metros de altura, en la "Fonte do Támega" y tras entrar en Portugal
por Trás-os-Montes, pasa por Chaves y se une al Duero en la freguesia de Eja,
en la localidad de Entre-os-Rios.
Empiezo la ruta en Verín al lado del
puente sobre el Támega y emprendo camino siguiendo su margen derecha dirección
norte. Nada más comenzar podemos seguir un buen tramo la ribera del río y
disfrutar de los bonitos enclaves que hay en ella. Abandonaremos por un momento
su ribera a la altura de Vilela para luego, al llegar a Tintores cruzar el rió para
continuar nuestro camino por tierras de campos de praderías y cultivo hasta
llegar a la carretera que pasa al lado de la presa y “Muiños do Pontón” próxima
a la localidad de Arcucelos. Nada más dejar atrás Arcucelos llegamos a Retorta,
lugar desde donde la ruta se aleja del río para adentrarnos en las laderas del “Monte
da Travesa” en donde me encuentro gran cantidad arboles de lo que en mi tierra
llamamos “Amarotes de pau” cada vez más raros de ver y que aquí abundan como no
he visto en ningún otro lugar. Por supuesto tuve que pararme a probar unos
pocos. Sigo el camino subiendo por el llamado “Lombo do Domo” y después de
cruzar el “Regueiro de Casares” seguimos por el llamado “O Lombo Grande” y “O
Marco de Ouro” hasta llegar al “Ponte da Pedriña” en donde volveremos a
encontrarnos con el Támega que acompañaremos por su margen izquierda hasta
llegar a Laza por un magnifico paraje que han acondicionado con postes de señal
que lo identifican con el nombre de “Paseo da Veiga”.
Al llegar a Laza volvemos a cruzar el
rio al otro lado y después de callejear un poco para conocer el pueblo,
volvemos a retomar la ruta en nuestro camino de regreso. En este tramo de ruta
coincidiremos en sentido contrario, con la vía del Camino de Santiago conocida
como “El Camino Sanabrés” en la etapa que viene de “A Gudiña”.y que parte de
Granja de Mareruela en Zamora, al que se unen muchos caminantes que vienen de
la ruta de la “Vía de la Plata” que va de Sevilla a Astorga.
Acompañaremos el descenso del río entre
magníficos paisajes, cruzaremos el precioso pueblecito de Santa María de Matamá
y al llegar a la altura de Santa María de Retorta cruzaremos el puente sobre el
río para después de adentrarnos en el pueblo y beber en su fuente dirigirnos a
la “Ermida de San Amaro” en Arcucelos.
Después de acompañar un poco más el
tramo del Camino de Santiago, al llegar a “Covas Rubias” lo dejaremos para
empezar la ascensión por el monte por la zona de “Campo Redondo” en una
ascensión continua, pero sin dificultad alguna que al llegar a la altura del
“Penedo das Tisoxas” se convertirá en un llanear acompañando las cumbres del
monte por los lugares de “As Covas” y “O Penedo Preto”. Al llegar a la altura
de “A Barreira Blanca” el camino empieza a descender en suave desnivel, pasando
por “A Pousa da Herva” desde donde ya podemos ver al fondo de nuestro camino el
“Castelo de Monterrei” y a sus pies todo el enclave de Verín, a los pies del
Lugar de “A Portiña” veremos el pueblecito de Mixós y bajo “O Lamerio” está “A
Pousa”.
El final del camino no puede ser más
apoteósico, con la entrada al castillo de Monterrey desde el camino de montaña.
Buen momento para recrearse haciendo fotografías del magnifico paraje. Lo malo
fue que esta ruta la empecé un poco tarde y la noche se me echó encima por lo
que no puedo pararme todo lo deseado. Nada más pasar el Castillo una bonita
bajada por caminos empedrados sobre la vertical de Verín, me dejará
prácticamente al lado de mi lugar de partida.