Playas, Montaña y rural entre Aguete, Bueu, Ermelo, Cela y Ardan (37,65 Km)
(37,65 Km)
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Fecha realización:
Después de las fotografías de
rigor, emprendo la última fase de mi recorrido tomando ruta de regreso por el
camino de tierra que cruza el monte en dirección norte hasta dar con una
carretera que cruzaremos adentrándonos en un sendero por el monte que nos
llevará a un camino más ancho y que tomaremos a la izquierda, el cual
seguiremos hasta tomar otro desvío, esta vez a la derecha que nos llevará al
lugar de “Pedra da Laxa” en donde tomaremos acceso a la vía asfaltada que une
todos los pequeños núcleos de población que dominan la ría de Pontevedra desde
lo alto. Al llegar a la localidad de “Santa María Cela” tomaremos la pista de
descenso que pasa por el lugar de “A Costiña”, pero al llegar a “Murráns”
cogeremos dirección norte pasando por “O Sabarigo” por una vía que nos llevará
al alto de “Os Picotes” en la parroquia de “Santa María de Ardán” y desde ahí
cogeremos la pista que nos adentra en el monte de “A Gaiba” y nos lleva hasta
la carretera de “Santo Tomé de Piñeiro”. Al llegar a esta, la tomamos a la
izquierda, siguiéndola cuesta abajo en una bajada con inmejorables vistas sobre
los pueblos de “Loira”, “Seixo” y las playas de “Aguete” para al final de la
bajada retornar a nuestro punto de partida.
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1 de Mayo del 2014
Datos técnicos:
Distancia: 37,65 Km
Ruta Circular: Si
Grado de dificultad: Dificil
Acumulado vertical positivo: 1.030
m
Acumulado vertical negativo: 1.030 m
Altura máxima: 434 m
Altura mínima: 0m
Tiempo corriendo: 5h 40m
Pausas para visita y fotografía: 2h 06m
Tiempo total: 7h 46mDescripción:
Esta ruta nos permite ver en el mismo trazado, diferentes entornos
naturales y etnográficos que se dan en esta privilegiada zona del morrazo.
Partiendo de Aguete, la ruta sigue por Loira al lado de su bonita playa,
después nos internamos en el “Monte Sobareiro” y “Monte da Cova” hasta llegar
al lugar de “As Bouzas”. A lo largo de este recorrido a través de un estrecho
sendero que da a los acantilados podemos disfrutar de unas inmejorables vistas
sobre la ría. Desde “As Bouzas”, donde finaliza este sendero observaremos desde
una posición elevada, el pequeño islote de “O Santo” y toda la línea costera
que va desde la playa de “Lapaman” asta “Cabo udra”.
Desde “Punta das Casás”, recorro las pequeñas calas de “Praia do Santo”
y “Praia da Coviña”. Como la marea estaba llena no pude continuar directamente
a la playa de “Lapaman”, por lo que accedí a ella a través de un camino que las
une. Recorrida “Lapaman” subo por un camino hasta la carretera para pasar breve
trecho que nos separa de la entrada a las playas de “Agrelo” en “Bueu”.
Finalizada la visita a la playa de “Agrelo”, me interno en “Bueu” por su
paseo marítimo, pasando al lado de su puerto hasta llegar a la zona de “Banda
do río” en donde giro a la izquierda y tomo la carretera de ascenso que nos
llevará a la Iglesia de Bueu y si la seguimos hasta arriba, al alto de “A
Portela”. Después de pasar el desvío a la izquierda que nos llevaría a la
iglesia, tomo la siguiente salida al mismo lado que nos llevará al lugar de “O
Valado” para poco después encontrarnos con un bonito camino de tierra que nos
llevará por el valle formado entre los altos de “A Castiñeira” a nuestra
derecha y “O Castelló” a la izquierda. Este camino nos llevará hasta el alto de
“A Portela”, pero un mi mente estaba visitar las antiguas vías romanas de
“Meiro” por lo que tomé un desvío a la izquierda del camino que nos llevará
hasta la carretera Bueu – Cangas en donde seguiremos dirección Cangas apenas 50
metros antes de cruzar al otro lado y adentrarnos en el monte de “Castelló”
para seguir hasta las proximidades de “Meiro” en donde encontraremos carteles
explicativos de los vestigios arqueológicos de la zona y los diferentes caminos
a seguir.
Después de pasar por la vía romana que nos deja en el lugar de “Casela”,
podemos observar indicaciones con pinturas amarilla y blanca que nos marcarán
el camino a seguir para adentrarnos en una preciosa ruta siguiendo “O Rego do
Frade” que nos permitirá ver además de restos de antiguos molinos, una
maravillosa vegetación repleta de especies autóctonas, helechos, musgo y
carballos. Todo siguiendo un estrecho sendero repleto de hojas en medio de un
frondoso bosque que uno no esperaría encontrar. Cerca del final del camino pude
ver uno de los ejemplares de Carballo mas bonitos de los que me he encontrado
en todas mis rutas. Musgo en su corteza, sano, considerable diámetro, muy
frondoso. Me recordó al árbol de la vida (creo que ese era su nombre) de la
película “AVATAR”, espero que siga así muchos años y sobretodo que no aparezca
algún desalmado que lo transforme en troncos para la estufa.
Después de dejar este maravilloso sendero busco caminos de subida para
ir aproximándome a la localidad de “Ermelo” con el objetivo de llegar hasta la
“Cruz de Ermelo” situada en la cima de los montes de “A Estulca”. Mi
orientación fue correcta y los caminos me llevaron hasta la carretera que lleva
a “Ermelo” justo en el punto donde al cruzarla damos con otro camino que nos
adentra en los montes de “Estripeiro” y “Monte da Queimada”, este camino esta
plagado de dípticos informativos sobre fauna y vegetación autóctonas. Al final
de esta senda llegamos a “Ermelo” en donde podremos visitar su iglesia. Desde
el centro del pueblo tomo dirección a la famosa cruz del mismo nombre que el
pueblo. Aprovecho para sacar unas
cuantas fotografías desde la misma cruz, en un día claro como este, desde aquí
puede verse incluso la isla de Arosa.
El siguiente objetivo del recorrido es ir hasta la cruz del alto de
“Paralaia”, pero bajando por el “Monte de Ermelo” por la zona de “Niño do
Corvo” hasta dar con el camino que nos llevará hasta el área recreativa situada
al pié de la subida hasta la cruz de madera que adorna la cima del “Ponte
Paralaia”. Al llegar al área recreativa aproveché para llenar mis botellas de
agua y al mismo tiempo sacar unas instantáneas de “Vigo” desde este lugar de la
costa. Después viene la bonita y dura subida, que para mi ya es una tradición
anual desde que la descubrí por primera vez en uno de mis entrenamientos con el
equipo de remo de traineras de “Bueu”. Aunque hoy en día la pista está mucho
más ensanchada y poco se parece a aquella que subí en tiempos, sigue siendo una
dura subida, en donde el premio final de llegar a la famosa cruz de madera y
desde ahí disfrutar de la maravillosa vista que nos otorga nos hace olvidar
todo el esfuerzo realizado.
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