Lagoa de Castiñeiras - Salinas de Ulló - Miños de Río Maior
(26,97 Km)
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Fecha realización:
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20 de Abril
del 2014
Datos técnicos:
Distancia: 26,97 Km
Ruta Circular: Si
Grado de dificultad: Moderado
Acumulado vertical positivo: 581
m
Acumulado vertical negativo: 581 m
Altura máxima: 492 m
Altura mínima: 0 m
Tiempo corriendo: 3h 50m
Pausas para visita y fotografía: 1h 29m
Tiempo total: 5h 19mDescripción:
Después de unos meses de ausencia obligada fruto de una pequeña lesión
ajena a mi actividad deportiva, empiezo una nueva temporada de entrenamiento y
aprovechando que he tenido que partir desde cero me he propuesto algunos
objetivos entre los cuales estaba el de tratar de utilizar un calzado
minimalista en mis tirada de trail. Para poder utilizar este tipo de calzado
son muy importantes dos factores que un corredor debe adoptar. El primero y más
importante es la técnica de carrera, el segundo es ir entrenado progresivamente
el pié para que se vaya fortaleciendo ante su nuevo papel más activo. La verdad
es que llevo años corriendo con la técnica de carrera necesaria para esta
modalidad y desde ese momento (toco madera) no he sufrido lesión alguna por muy
largas que hayan sido mis tiradas. Antes de haber oído hablar del calzado
minimalista y sus ventajas, el haber descubierto el libro del ultrafondista “Danny
Dreyer” titulado “Chi running” fue mi “Santo Grial”, antes de este fructífero
descubrimiento no paraba de lesionarme al poco de empezar a correr. Solo tenia
una pega en mis practicas de ultra trail y esa era la de las uñas de mis
queridos dedos gordos del pié, la verdad es que no llevo la cuenta de cuantas
uñas he mudado. Hasta que descubrí el porqué cuando empecé a usar calzados
minimalistas. Ese porque es el DROP (superior altura del talón con la puntera)
que tienen todas las zapatillas no minimalistas. Resulta que al correr con un
estilo correcto (ente otras cosas, apoyo en mediopié nunca en el talón) a
medida que pasaban los kilómetros me iba empotrando los dedos contra la
puntera, no importaba la talla que usara. El punto definitivo a mejorar en mi
técnica vino cuando empecé a oír hablar del minimalismo en carrera y sobre todo
cuando leí la segunda gran obra que me abrió los ojos al conocimiento del gusto
por correr, “Nacidos para correr” de “Christopher mcdougall”. La verdad es que
me he adaptado muy rápidamente a este objetivo que creía iba a ir para más
largo plazo, aunque a ello ayudó mucho que ya estuviera corriendo desde hace
años con la técnica adecuada. Ya he realizado entrenamientos de longitud tipo
Marathon, en este momento estoy el la fase de ir fortaleciendo el pié para
sesiones de Ultra Trail. La ruta que en este momento estoy comentando es la
primera que he publicado usando un calzado totalmente minimalista (zapatillas Inov-8
bare-grip 200). Es una gozada sentir trabajar los píes cuando uno va corriendo,
la sensación de libertad y ligereza y sobre todo cuando finalizas una marcha,
sentir tus uñas de los pies intactas y sin dolor.
En esta ruta mi objetivo principal es visitar las “Salinas de Ulló” y después
seguir la costa hasta llegar a la altura de la desembocadura del Río Maior y
desde ahí tomar la ruta que lleva su nombre “A ruta dos Muiños de Río Maior”,
para luego volver al punto de partida subiendo las faldas del “Monte das
Barreiras.
Parto de la zona del lugar de “A Lagoa de Castiñeiras” al pié del Mirador
de Cotorredondo y emprendo ruta de descenso a “Vilaboa” pasando por los lugares
de “A Graña”, “Postemirón”, “A Carballeira” y “O Outeiro” antes de cruzar bajo
la “Via rapida del Morrazo” y dirigirme a la “Salinas de Ulló”.
Antes de llegar me impresionan las marismas adyacentes y la gran
cantidad de pájaros que las habitan. Una vez en las salinas mi cámara de fotos
no paraba de disparar ante tan magnifico espectáculo, había gran cantidad de
patos de diferentes especies y en la aguas se veían un continuo remolonear de
peces.
Por supuesto lo primero que hice fue cruzar sobre la barrera de piedras
que da lugar a las salinas y disfrutar de la impresión que da estar corriendo
en medio de la ensenada. Después de rodearla me dirijo al lugar denominado “A
Granxa das Salinas” y aprovecho la ocasión para adentrarme un poco más en este
sendero para conocer el lugar.
Por lo visto el origen de estás Salinas se remontan al año 1637 bajo el reinado
de Felipe IV. Estas en 1694 comenzaron a ser explotadas por el Colegio de los
Jesuítas de Pontevedra y alcanzaron gran importancia en los siguientes años. A
finales del siglo XIX, en este mismo lugar, se construyó uno de los pocos
molinos de mareas existentes en Galicia, con un funcionamiento que se basaba en
el aprovechamiento del movimiento de las corrientes del fondo de la ría para
generar fuerza hidráulica.
Continuo mi ruta de exploración por la costa en dirección a la “Ensenada
de Larache” para luego bordear el “Monte do Cabalo” en Santa Cristina de
Cobres, pasando por “A Punta do Cabalo” para después de pasar por “Barciela”
tomar dirección a la ruta marcada como “Sendero dos Muiños de Río Maior”.
El sendero va río arriba y a lo largo de su curso nos encontraremos un
total de 35 molinos y en su ascenso incluso nos veremos una cascada. Pero para
mi lo más bonito en esta época del año es la gran cantidad de floración que hay
dando unos matices impresionistas al paisaje.
Finalizado este tramo emprendo búsqueda de un camino de ascenso por el
“Monte das Barreiras” que me lleve al lugar de partida. Para ello me aproximo
al pequeño núcleo de “Paradellas” en donde encuentro una buena pista de tierra
con la dirección deseada. Durante el tramo de subida empezó a oscurecer y se me hizo de noche, por lo que
tuve que sacar la linterna frontal que siempre llevo en mi cinturón. Comento
esto porque en el ascenso me llevé la grata sorpresa de encontrarme con un
zorro husmeando unos matojos cuando al parecer estaba comenzando su jornada de
búsqueda de provisiones. Ni que decir tiene que al verme salió disparado como
alma que lleva el diablo, la verdad es que el pobre animal se llevó un susto de
muerte, en otras ocasiones he tenido encuentros con Corzos e incluso con
Rebecos en la zona de los Ancares. Pero la verdad es que nunca vi correr tan
asustado y rápido a un animal, y la verdad es que la historia justifica que no
sea para menos ante la gran cantidad de batidas que se le han hecho.
Después de una larga subida de aproximación ya que no tenia claro a
donde daría exactamente el camino, el resultado no pudo ser mejor, ya que me
dejo al pie del mirador de Cotorredondo, justo en el lugar desde donde había
emprendido la marcha.
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