Piornedo - Valles de Burbia - Picos Lanza, Mustallar y Penalonga
(30,04 Km)
Pulsar este Link para ver ruta en Wikiloc
Pulsar este Link para descargar ruta en formato Google Earth
Pulsar este Link para descargar ruta en formato GPX
Fecha realización:
(30,04 Km)
Pulsar este Link para ver ruta en Wikiloc
Pulsar este Link para descargar ruta en formato Google Earth
Pulsar este Link para descargar ruta en formato GPX
15 de
Agosto del 2013
Datos técnicos:
Distancia: 30,04 Km
Ruta Circular: Si
Acumulado vertical positivo: 1.839 m
Acumulado vertical negativo: 1.870 m
Altura máxima: 1935 m
Altura mínima: 911 m
Tiempo corriendo: 6h 13m
Pausas para visita y fotografía: 2h 27m
Tiempo total: 8h 40mDescripción:
Ya hacia bastante tiempo que tenia ganas
de realizar una buena ruta por la sierra de los Ancares y en mi primera
aproximación a la zona decidí empezar en el lugar que me despertaba mayor
curiosidad que es la pequeña aldea de Piornedo, en pleno corazón de los Ancares
gallegos y al mismo tiempo próximo a las tres cumbres más altas de la parte
gallega de los Ancares, que son los montes Mustallar (1935 m), Penalonga (1896
m) y Pico Lagos (1867 m también llamado Pico Lanza). Hay que decir que los
montes más altos de los Ancares son los picos Cuíña y Miravalles, pero estos
están en la provincia de León.
Cuando hice mis primeros planes de la
ruta a seguir, estimé que lo más conveniente será salir lo más temprano posible
y para mi satisfacción comprobé que en la entrada de Piornedo hay un pequeño
hotel (Hotel Piornedo) que me iba a ir de perlas para el caso. Dicho y hecho
después de reservar habitación, el día previo a la ruta llegue por la tarde.
Como tenía pensado salir muy temprano hable con el personal de recepción para
saldar las cuentas antes de mi temprana salida, ya que sabía que iba a llegar
por la tarde y ese mismo día tenia que regresar (muy a mi pesar). Tengo que
decir que se portaron de maravilla dándome todo tipo de facilidades para mi
temprana marcha y posteriormente me mostraron todas las estancias del hotel,
que recomiendo a todo el viajero que tenga interés en visitar la zona, no solo
por su hospitalidad y que las instalaciones son muy buenas. A mi lo que me
maravillo fue una magnifica sala de estar de uso comunitario que da a una gran cristalera
que hace de pared, dando unas impresionantes vistas sobre la sierra. Magnifico
lugar donde relajarse leyendo un buen libro, la ocasión me vino que ni pintada
ya que había traído conmigo una antigua edición del “Peter Camenzind” de Hermann
Hesse que ya había leído hace unos cuantos años y en la que revisando mi
librería me di cuenta que tenia un magnifico prologo sobre toda su obra y que
no recordaba haber visto. La verdad
es que a mi admirado Hermann le habría encantado este lugar, era un
apasionado senderista y siempre que podía escapaba a sus amadas montañas en
largos paseos.
Antes de relajarme con mi lectura, fui a
dar un paseo por el pueblo y al mismo tiempo sacar unas fotografías. Lo primero
que destaca son sus “Pallozas”, son viviendas semicirculares u ovaladas, con
muros de piedra y mampostería, con una cubierta o tejado hecho a base de paja.
Tienen un origen celta y hasta hace muy poco aún eran la vivienda típica de la
zona. Hoy en día se mezclan con casas de reciente construcción, pero hay que
decir que la mayoría de ellas siguen en uso por sus propietarios y no son meros
escaparates para los turistas, siguen usándose, bien como almacenes para aperos
de labranza o como establo para guarecer los animales. Hay una especialmente
habilitada como museo etnográfico y otras que se pueden visitar.
Antes del descanso del guerrero reviso
la ruta prevista: Salir de Piornedo, adentrarme y ascender por el “circo
glaciar de Mustallar” para alcanzar el lugar llamado “Golada do Porto”, situado
entre los picos Penalonga y Mustallar (también llamado “Mayada do Mustallar”),
bajar al lugar conocido como Braña del Mostallar, adentrarme en el valle de la
Grandela y después de emprender ascenso por el valle de Vilouso para después de
llegar a los lagos del mismo nombre, subir al pico Lagos alcanzar por el
cresterio el Mustallar, bajar este y subir al Penalonga, para luego emprender
regreso a Piornedo.
A la mañana siguiente inicié mi ruta a
las 6.30 h, el sol aún no saldría asta
las 7:15 h pero aparte de mi linterna frontal, contaba con la poca luz que sale
del sol cuando aun está bajo el horizonte, cruzo el pueblo hasta la capilla de
San Lourenzo, donde se coge un camino que nos adentrará en el “circo glaciar
del Mustallar” y que en principio nos lleva hasta “O Campo”, en el que
encontramos matorrales característicos de la zona como piornos, toxos y xestas,
alternando con praderías de montaña. Seguimos el camino hasta que nos
encontremos con una pradera mayor que la anterior llamada “Chao Grande”. En
esta pradería nos encontramos con dos caminos, cualquiera de ellos nos va a
llevar hasta “Camparredonda”. Allí veremos el río Piornedo (también llamado “Veiga
Cimeira”), que se cruza a través de un puente. Luego encontramos un sendero
empedrado que nos lleva hasta otra pradería en donde podremos encontrar un
lugar marcado con montón de piedras en donde hay una piedra lisa con unos petroglifos
llamados "coviñas" y poco más adelante los restos de una cabaña llamada
“Mallada de Piornedo” (también conocida como “Cabana de Estremeños”) que servía
de albergue a pastores y montañeros. Una
vez abandonamos el lugar seguimos ascensión a través de senderos que nos
llevaran directamente al lugar llamado “Golada do Porto” (o Mallada de
Mustallar) y que se encuentra al pié de los picos Mustallar (Oeste) y Penalonga
(Este) ya a una altura de 1699 m. Las vistas desde aquí sobre el circo glacial
del Mustallar son más bonitas si cabe a esta hora de la mañana, en donde se contemplan
a lo lejos las nubes bajas que cubren los valles de menor altitud. Saque varias
fotografías pero estas no reflejan para nada la realidad. Desde aquí miro a la
cima del Mustallar y observo unos pequeños puntos en movimiento en su cima, que
al ver con más detalle reconozco como Rebecos. Es un momento para disfrutar de
su vista aunque lejana, ya esta especie además de en la Sierra de los Ancares, solo
está presente en algunas cadenas montañosas de Europa, como los Cárpatos, los
Alpes, el Cáucaso, Pirineos o Cordillera Cantábrica y ciertas zonas montañosas
de los Balcanes, Eslovaquia y Turquía. Después del momento relax, continuo mi
camino, en este punto nos encontramos una alambrada que divide la parte gallega
de la leonesa y que sigue hasta la cumbre del Mustallar, este es el lugar que
siguen la mayoría de senderistas para ascender a su cima, aunque tiene una gran
verticalidad, es una vía segura y es la más recomendable para su ascensión. En
mi caso tengo la intención de bajar desde este punto hacia el valle de la
Grandela, para después tomar el valle de Viloso y desde los “Lagos de Viloso”
comenzar la ascensión al “Pico Lanza” desde el cual accederé al Mustallar por
el cresteo que los une. No recomiendo a nadie que no tenga experiencia en
montañismo o escalada la ascensión al Mustallar por esta vía ya que en algunas
zonas entre el Lanza y el Mustallar, la aproximación es bastante técnica y
tiene sus peligros.
Cruzar esta alambrada supone entrar en
el norte de la comarca de “El Bierzo” en la provincia de León, esta zona se
encuentra dentro de la reserva de la biosfera de los Ancares Leoneses, creada
en el año 2006. A nuestros pies se encuentra el paraje llamado Braña del
Mostallar y que por lo visto recibe su nombre de una especie arbórea que rodea
todo el lugar denominada serbal blanco o mostajo y que en la zona llaman “Mostellar”.
Hago la observación que en la zona leonesa al Mustallar lo llaman Mostallar, el
cual creo que es un nombre más adecuado viendo la procedencia del término.
Nada más saltar la alambrada nos
encontramos con una gran pendiente que habrá que bajar con mucho cuidado, en mi
caso al ir corriendo (mas bien saltando) en algún momento hasta me dolían las
rodillas. Nos encontramos mucha piedra fruto de las morrenas glaciares y que
hay que sortear con cuidado, aunque en esta vía de descenso hay marcas
correspondientes a montoncitos de piedras indicando el camino a seguir y que me
fueron de gran ayuda. Recomiendo a quien se anime a seguir esta ruta, seguir
estas indicaciones y no fiarse de ninguna ruta pre-cargada un el GPS, que
siempre tienen pequeños errores de desvío que en un lugar como este pueden
resultar muy engorrosos, siempre es conveniente fiarse de las indicaciones que
nos han dejado en el camino.
Mi primera gran sorpresa fue que al poco
trecho de mi bajada me encontré con un Rebeco a pocos metros de distancia, en
medio del pedregal de las morrenas. Este se quedó parado mirando hacia mí y
aproveche para sacarle unas fotografías. Luego continué mi camino de bajada. Al
poco me encontré con unas antiguas cabañas de piedra en ruinas. Luego continué
el camino siguiendo las vitales indicaciones de los montoncitos de piedra que
al final desembocarán en un claro sendero conocido como “Camino de Piornedo” que
nos adentrara en el valle de la Grandela y que desde aquí hasta el final de la
bajada nos llevará sin mayores problemas, permitiéndonos disfrutar de los
distintos paisajes y vegetación fruto de los cambios de altitud. Al poco de
bajar nos internaremos en un tupido robledal que iremos descendiendo
acompañando al rio Burbia. Al abandonar este sotobosque continuamos por el camino
hasta llegar a un desvío en donde se informa con indicaciones los caminos de
ascenso al “Mostallal - Cuiña” o a “Lagos”, que será el camino a tomar dando un
giro de 160º. Aquí finaliza el camino de descenso y comienza el ascenso por el
valle de Vilouso hasta los “Lagos”. Al principio el camino es amplio y se va
estrechando a medida que ganamos altura. Al poco de comenzar el camino nos
encontramos un cartel indicativo que nos advierte del “Pozon del Burbia” en
donde el arrollo Vilouso vierte al rio Burbia horadando un gran socavón.
Después nos adentramos en un gran robledal y al pasar este el camino ya pierde
este nombre para convertirse en senda. Una senda con grandes cambios de
desnivel y que podremos seguir por los montículos de piedras que nos indican el
camino. Esta es una de las partes más bonitas de este valle ya que
inmediatamente nos adentramos en un bosque con gran biodiversidad llamado el
Teixedal por los muchos tejos que hay entre otros arboles como arces,
avellanos, robles y acebos entre otros. Después de dejar el Teixedal damos con
la “Braña del Muro”, luego nos introducimos en un frondoso bosque en el que
encontraremos grandes ejemplares de roble, acebo y abedul. Inmediatamente
después nos encontramos con el refugio de Acebalín que es propiedad del pueblo
de Burbia y dispone de buenos equipamientos como chimenea, literas de madera,
leñera, provisiones dejadas por los montañeros y una fuente de agua cercana.
Pasado el refugio nos adentramos en el lugar llamado Acebalín en donde tendremos
una subida entre grandes formaciones rocosas y espacios en donde nos rodean
algunos abedules y matorrales. Pero lo que más llama la atención es la cantidad
de gencianas que hay en este lugar, lastima que no estén en periodo de
floración. Al fin los lagos de Vilouso, primero nos encontramos el más grande y
un poco más arriba el de menor tamaño. He visto una bonita águila que se posó
en una roca al borde de la charca, pero el objetivo de mi cámara no me permite
captarla. Pasados los lagos emprendo ascensión al collado que separa el pico de
“Cuerno Maldito” y “Pico Lagos”, arriba las vistas hacen que te olvides del
esfuerzo realizado, a mi oeste veo los picos “Cuerno Maldito”, “Pico Charcas”,
“Tres Obispos” y “Peñarubia” y hacia el Este que es a donde me dirijo “Pico
Lagos”, “Mustallar” y “Penalonga”. Alcanzado el “Pico Lagos” comienza la parte
más delicada de todo el recorrido. Poco después de coronar el “Lagos” hay una
pequeña formación rocosa que nos impide bajar fácilmente al cordal que nos
lleva al “Mustallar” y que conviene sortear por el lado ya que pasarla por la
cima es tarea un poco delicada yo la pasé por la cara que da al valle de
Vilouso, pero lo peor estaría por venir ya que prácticamente nos pasa lo mismo
en la aproximación a la cima del Mustallar solo que esta vez el rodeo es más
delicado, yo lo pase por la cara que da al “Circo glaciar de Piornedo” y que
por los visto después, resulta ser el lado recomendado por todo el mundo, lo
que pasa es que eso no lo sabia yo antes de emprender mi ruta, ni por supuesto
la sorpresa que me esperaba. Hay un sendero que sigue este cordal, yo lo seguí
pero o bien ese sedero se diluye o perdí la senda correcta ya que en este
preciso logar se hace bastante difusa y la verdad es que solo puedo decir que
mi niveles de adrenalina para ese día se me gastaron todos en ese lugar. Pero
lo cierto es que al final después de bordear la ladera e intuir que no podía
seguir por ese camino ascendí de nuevo hacia la cima de la cresta en donde
encontré al fin un claro sendero que me llevaría a la cima de “Mustallar”. Como
dije antes recomiendo a los no expertos que quieran acceder a estos cordales
realizarlo en el orden “Mustallar” - “Pico
Lagos” que es la forma más común ya que siguiendo este sentido los pequeños
senderos se ven con más claridad al realizarlos de arriba hacia abajo en donde
los las barreras de naturales no nos obstaculizarán la visión. Después de
abandonar la cima me encontré bastantes senderistas que estaban realizando el
descenso hacia su base, al llegar a esta, al pié de la subida al Penalonga, me
encontré con una gente que estaba descansando y en vista de mi experiencia
anterior les pregunté por si conocían la subida y si tenia alguna dificultad
técnica, me contestaron que precisamente acababan de bajar por ahí y que no
tenia problema alguno siempre y cuando no me saliese del sendero que por lo
visto era bastante claro. Aunque estaba un poco exhausto no tanto por el
cansancio físico sino más bien por el volumen de experiencias vividas, me decidí a finalizar el proyecto emprendido
subiendo a la cima del Penalonga para luego volver sobre mis pasos en camino de
descenso y luego bajar a Piornedo por la misma ruta realizada a la mañana para
ascender hasta a “Golada do Porto” pero
en dirección inversa y por supuesto con mucha más luz que de madrugada. La
bajada verdaderamente la disfrute corriendo entre las brañas, campas y
senderos, rememorando las experiencias del día. Al final del camino Piornedo, entre
las casas, unos vecinos reunidos a la sombra escuchando la gaita que uno de
ellos tocaba, un paisano preparando la paja para arreglar una Palloza, grupos
de familiares y amigos en tertulia al lado del hórreo y unos visitantes que
disfrutaban de la paz que allí se respiraba. Todo muy natural, nada impostado
ni de mero suvenir como lo es todo en la Sierra de los Ancares.
0 comentarios:
Publicar un comentario