Os Peares - Santo Estevo de Ribas de Sil
(22,14 km)
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Fecha realización:
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9 de Junio
del 2013
Datos técnicos:
Distancia: 22,14 Km
Ruta Circular: Si
Acumulado vertical positivo: 730 m
Acumulado vertical negativo: 730 m
Altura máxima: 686 m
Altura mínima: 87 m
Tiempo corriendo: 3h 3m
Pausas para visita y fotografía: 1h 31m
Tiempo total: 4h 34m
Descripción:
Esta ruta sale del núcleo de población
de “Os Peares”, lugar en el cual confluyen los ríos Búdal, Miño y Sil. La
descripción “núcleo de población”, no es por enmarañar el lenguaje ya que el
sentido común diría que estamos hablando del “pueblo” o “concello”, pero no es
así. “Os Peares” es un verdadero galimatías administrativo que debería ser
objeto de estudio y demostración de hasta donde la clase política es capaz de
enmarañar las cosas, se supone que el fin por el cual se crea y elige un
estamento político es para su puesta a disposición del ciudadano, la solución
de los problemas y mejora del nivel de vida del mismo. Pero parece que no es
así en “Os Peares”, esta dividido entre dos provincias (Ourense y Lugo), cuatro
ayuntamientos (A Peroxa y Nogueira de Ramuin en Ourense, Carballedo y Ferreira
de Panton en Lugo), tres partidos Judiciales (Ourense, Chantada y Monforte) y
dos diócesis. Todo esto en cuestión de metros de separación de unas casas a
otras, como ejemplo la farmacia, lugar desde el cual partí en mi ruta, esta en
la provincia de Ourense y ayuntamiento de “A Peroxa” cruzo el puente de
ferrocarril y a 50 metros los habitantes de las casas de este lado del rio
pertenecen al Concello de “Ferreira de Pantón” en Lugo. Parece un chiste pero
la cantidad de galimatías burocráticos a los que esto da lugar seria en
argumento inmejorable para un guion de una película. Haber si sale algún “Fellini”
gallego o más bien un “Berlanga”, desde luego da para un buen guión, en este
sentido se podría parecer la película “Bienvenido, Mister Marshall” ya que por este pueblo pasan, pero en él nada se queda. Se ha
construido un embalse para la explotación hidroeléctrica, un puente para el ferrocarril
y otro muy elevado para la vía rápida, pero nada para sus habitantes.
Centrándome en la ruta, hay que decir
que el entorno es de los que alegran la vista y el espíritu. Después de abandonar
“Os Peares” comienzo la ascensión sobre las laderas del Sil, a través de
antiguos caminos en el interior de un bosque espeso con múltiples especies
arbóreas entre las que destacan los carballos y castaños. Despues de una larga
subida el primer núcleo de población que me encuentro es el de “Fiscal” después
volvemos a sumergirnos en el bosque para llegar hasta “Sobrado” que esta justo
a lado de “Moura” en donde se encuentra el mirador al que da su nombre.
Cuando pasaba por “Moura”, un pueblecito
que hoy domingo parecía tener mucha vida, se me arrimó un perrito que me
acompaño corriendo, cuando me detuve en la zona del mirador para sacar unas
fotos se me acerco y como me gustan los perros lo acaricié un poco, incluso le
saque un foto ya que me pareció simpático. Después de esto reanudé mi marcha
monte arriba hacia las “mámoas” (necrópolis megalíticas) de as Cabanas que
datan de 3.500 a 2.000 años a.c. y que al parecer fueron edificados por los
primeros pastores y agricultores que habitaban esta zona. Una vez llegue a la
zona donde están localizadas, me detuve una vez más para las fotos de rigor
y visitar la zona. Cuando me disponía a partir me encuentro de nuevo con el
perrito que me había encontrado en “Moura”, resulta que me había seguido. En ese
momento tuve miedo de que si intentaba ahuyentarlo para que no me siguiese, el
perro se quedase perdido en el medio del monte, por lo cual ya me imaginé que
dada la disposición de este a seguirme y la situación en que se encontraba no
iba a tener más remedio que a mi regreso al punto de partida, coger el coche y
buscar el pueblo para dejar al pobre animal. Sin más continué mi recorrido con
tan grata compañía. Emprendo marcha monte abajo y el próximo pueblecito en
toparme es “Biduedo”. Después el camino toma más pendiente y el bosque se hace
más espeso hasta llegar al pequeño núcleo de “Paradela”. A continuación me
interno en unos bosques que cuelgan sobre las laderas del cañón del Sil dignos
de la película de José Luis Cuerda “El bosque animado”. En un recodo del camino
se ve al fondo el antiguo Monasterio de “Santo Estevo de Ribas de Sil” en medio
de este magnifico bosque, una de esas imágenes que se te quedan en la retina.
Por supuesto saque fotografía. Sigo corriendo entre esta magnifica fraga cuando
apenas unos 300 metros antes de llegar a Santo Estevo sorprendo bajando las
laderas del monte un joven y bonito corzo, según mi cuenta el cuarto en mi
lista de encuentros corriendo por el monte a lo largo del año. Siempre que me
ocurre intento sacar una fotografía, solo una vez lo logré ya que al verme
salen disparados, pero esta vez creía que me iba a dar tiempo. Tiempo fue el
que le falto a perrillo que me seguía para salir como "fiera corrupia" detrás del
corzo laderas abajo, lo cual hizo que la foto se fuera al traste. Los dos
animales desaparecieron de mi vista y mi preocupación en este momento era si se
perdía el perro. Esperé un rato y después oí ruidos entre el ramaje, era este
esforzándose en volver al camino, su trabajo le costo ya que había bastante pendiente
y con sus cortas patas apenas le daba para subir el último escalón, creí
tener que ir en su auxilio pero al final se valió por el mismo. Después de este
incidente seguí hasta llegar al Monasterio benedictino y Parador Nacional de
Santo Estevo de Rivas de Sil. La existencia del Monasterio data del siglo X, si
bien su origen parece remitirse a los siglos VI y VII. En este monasterio se
alternan estilos desde el románico al barroco y cabe destacar los tres
claustros (románico, gótico y renacentista). El edificio fue declarado monumento histórico artístico en el año 1923.
Quería sacar alguna fotografía en su
interior, pero la presencia de mi perruno acompañante lo hizo imposible. Así
que tuve que contentarme con unas cuantas instantáneas desde el exterior.
A partir de aquí se emprende el camino
de regreso, bajando por unos senderos con mucho desnivel y al mismo tiempo de
magnifica estampa que nos sumergen de nuevo en este magnifico bosque incrustado
en los cañones del Sil. Se ve que hace años han preparado bien este sendero de
bajada, en donde nos encontramos con vallas protectoras laterales de madera,
algunas de ellas caídas con el paso del tiempo y en las zonas de fuerte
desnivel, que son muchas, escalones de con pequeños troncos enterrados. Así hasta
llegar abajo en donde nos encontramos un tramo asfaltado a orillas del río que está incluido en el “GR-56 Trans-ourensan” y que nos llevara siguiendo el cauce del
rio hasta el punto de partida.
Por supuesto, no podía olvidarme del
perro, me preocupaba que no tuviese collar aunque tenia claro que si no tenia
un dueño en concreto, sí tenia vecinos ya que estaba bien cuidado. Cuando
llegue al coche, lo subí a este y para mí que ya se había subido más de una vez
a un automóvil y de acompañante, ya que se sentó con toda naturalidad en asiento de
al lado del conductor mientras yo buscaba en el navegador la ruta a seguir para
llegar al pequeño pueblo de “Moura”. Creía que iba a ser más cerca, pero las
carreteras en esta zona tienen muchas curvas, 20 Km y 45 minutos de camino
hasta dar con el pueblo. Una vez allí me acerque al centro del pueblo en donde
había un grupo de niños jugando y unas señoras, sin bajarme del coche les
pregunté por si conocían al perro y mientras se preguntaban entre ellas y bajaba el perro del coche no falto un segundo para que los niños acudirán junto
a él. Todos lo conocían (y él a ellos) parece que el perrito era todo un
personaje. En seguida se supo quien era su dueña y las señoras se encargaron de
llevárselo a la propietaria. Antes de irme quise darle algo de comer, unos
pastelitos que tenia en mi nevera portátil. Pero no tenia hambre, me despedí de
él y allí se quedo jugando con los niños.
¡Hasta la vista amigo!, te dejo en buenas manos.
¡Hasta la vista amigo!, te dejo en buenas manos.
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